Hemos abordado en varias ocasiones las razones por las cuales deberíamos evitar conectarnos a una red wifi pública debido a los riesgos asociados, así como las precauciones necesarias en caso de hacerlo.
¿Pero qué sucede cuando somos nosotros quienes proporcionamos esa red wifi y la compartimos con otros usuarios?
En este escenario, también es crucial tomar medidas, ya que esto representa una vulnerabilidad. Básicamente, estamos otorgando acceso a los usuarios, quienes, si lo desean, podrían llevar a cabo acciones que van desde el hackeo de dispositivos hasta la filtración de información, como nombres de usuarios y contraseñas.
Si deseamos compartir nuestro wifi, por ejemplo, en un negocio como una cafetería, existen varias posibilidades.
La mayoría de los servicios de fibra óptica ofrecen dos redes diferenciadas: una operando a 2,4 GHz (con velocidades que no superan los 100 Mb) y otra a 5 GHz. Cada una de ellas puede tener su propia contraseña, lo que nos permite dedicar una específicamente para los visitantes y la otra exclusivamente para nuestro uso.
Aunque esta es una opción viable sin costos adicionales, no es la óptima. Además, plantea algunas preguntas, como ¿cuál red debemos usar nosotros y cuál compartimos? Es importante tener en cuenta que la red de 5 GHz no es visible para todos los dispositivos, y que la de 2,4 GHz implica una reducción de velocidad.
En este caso, también debemos asegurarnos de que el acceso a nuestro router esté lo más protegido posible, cambiando tanto el nombre de usuario como la contraseña de administrador. Esto evitará que cualquier persona con conocimientos mínimos, o incluso mediante una aplicación o una búsqueda simple en Google, pueda obtener esos datos predeterminados.
Crear una red wifi separada y específica para los visitantes
Si queremos ofrecer el servicio de wifi a nuestros visitantes sin comprometer la seguridad o privacidad, la solución ideal es utilizar un segundo dispositivo, como un repetidor, que genere su propia red.
Esta opción resulta interesante y económica.
Otra alternativa sería incorporar un segundo router, que funcionaría de manera similar al repetidor y generaría su propia red wifi. Esto proporcionaría un nivel de seguridad adicional, ya que solo nosotros tendríamos acceso a nuestra red inicial.